1. |
La guía de lo invisible
04:43
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2. |
Llamamé
03:30
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3. |
Recuerdos de ronda
04:21
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Sale un chamamé a paso lento
de una vieja radio como él.
Anda por la casa impregnando las cortinas
Y mis ojos van cayéndose a sus pies.
Salen de sus casas los recuerdos
Perfumadas hojas que guardé,
El silbido libre de mi padre por las tardes
Las historias que no pude comprender.
Ronda que ronda mis sueños,
Voces que nunca olvidé.
Vuelven del fondo del tiempo,
Hablan conmigo otra vez.
Rostros que repaso en blanco y negro,
Ángel de la guarda amigo fiel.
Cuentos que quedaron bajo el foco de la esquina
Al embrujo de algún tierno anochecer.
Abro una mirada sangre adentro,
Bebo de su cauce mi niñez.
Y cuando regreso, una ilusión me está esperando.
Soy el río que no deja de correr.
Ronda que ronda mis sueños,
Voces que nunca olvidé.
Vuelven del fondo del tiempo,
Hablan conmigo otra vez.
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4. |
Canción de amor en Mayo
04:26
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Sol en la mesa. Es mediodía:
el pan, el vino. En la quietud,
tu canto entona una elegía
por nuestra propia juventud.
Canción de amor. La antigua flecha
aún rasga el cielo, y no hay adiós
en el flamear de ese pañuelo,
sino esta fiesta de los dos.
Melancolía y alegría
mezcladas van en tu canción,
y es pura luz su melodía,
pura verdad del corazón.
Es el otoño y su belleza
lo que en tu voz brilla al cantar.
es el amor y su riqueza,
en tu reír y tu llorar.
Canción de amor. La antigua flecha
aún rasga el cielo, y no hay adiós
en el flamear de ese pañuelo,
sino esta fiesta de los dos.
Sol en el alma me brindaste,
sol en el timbre de tu voz,
íntimo sol de la ternura.
¿Cómo pagarte tanto sol ?
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5. |
Diamante
05:52
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Me han regalado un diamante
y no se qué hacer con tanta luz;
abro mi mano un instante
y brilla hasta el cielo limpiando el azul.
Es sobre todas las cosas
mi piedra preciosa invisible en su faz
y en el envés transparente
su forma latente se vuelve real.
Quién sabe por qué misterio
elige mi pecho para anidar;
de qué incendiado silencio vendrá,
de qué punto del mapa estelar.
Me agujereó la camisa
marcándome dentro su cronicidad,
su pulsar de lejanía
con relojería de puro cristal.
Ahora voy ya sin aliento
planeando en el viento y llevándolo al mar.
Voy a arrojarlo a la espuma
entre el agua y la duna y a verlo brillar.
No puedo llevar conmigo
este brillo cautivo, esta piedra lunar;
en mi campo oscurecido
su luz de infinito no puede durar;
y él fulgura, fulgura,
y me ciega su precioso don;
fulgura, criatura,
libre de la noche de mi corazón.
A veces llega del cielo
un presente que nunca nadie previó;
pero existe uno tan bello
del que no quisiera tomar posesión.
Vino su luz del vacío
y me duele ponerlo de nuevo a viajar;
este regalo tardío
no puede ser mío sino del azar.
Ahora voy ya sin aliento…
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6. |
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7. |
De piedra y agua
04:38
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Qué dirá el viento al pasar
Rastros que dejé en el mar
Muero en cada noche,
Vuelvo en agua nueva
Sólo pasar y pasar
Qué dirá el viento al pasar
Máscaras de polvo y sed
Voces tratando de ser
Remolino el viento
Sólo pasar y pasar.
Y va, y va
De piedra y agua, río que va.
Rodar, girar, caer sin ver, morir de amor
De nuevo ser la luz
Morir de amor, de amor, de amor,
Luz.
Río de barro que va
Sediento de andar y andar,
Huellas en el agua
Perlas encendidas
Tímidas gotas de sal
… y el viento, sal.
El silencio de tu voz
Guarda todo, todo el sol
Ojos como bocas
Brazos, puentes, lazos
Solo quiero despertar
… despertar.
Y va, y va
De piedra y agua, río que va.
Rodar, girar, caer sin ver, morir de amor
De nuevo ser la luz
Morir de amor, de amor, de amor,
Luz.
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8. |
Trampero y monte
05:13
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Rama de verde hechura
Brazos que abre la tierra,
Cuando amanece el monte
Trinar de nidos se desperezan.
Brilla en su traje el tordo
El cardenal despierta,
Y una bumbuna arisca
Cortando el aire es pluma que vuela.
Por la senda tapada
Saitilla y suncho seco,
como animal del diablo
sin mover yuyos llega el trampero.
Viene a callar el canto,
Viene a truncar el vuelo
Y una prisión de palos
Lleva en sus manos el traicionero.
No le quites trampero
El alma al viento, al monte y al cielo...
Susto que da el encierro
Saltito tembloroso,
Se ve por la rendija
Como aletea un plumaje hermoso;
Y en el mercado sucio
Para que gocen otros,
Lo venderán cautivo
Mientras su trino muere de a poco.
No le quites trampero
El alma al viento, al monte y al cielo...
Dónde te harán la tumba,
dónde echarán tus huesos,
si el monte no te quiere
Como tampoco te quiere el cielo.
Y casi una alma en pena
Has de sufrir trampero
Muerte de no estar muerto
Con tantas muertes que estás debiendo.
No le quites trampero
El alma al viento, al monte y al cielo...
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9. |
La Desconfiada
03:42
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10. |
Junio
07:12
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A Darío Santillán y Maximiliano Kosteki in memoriam.
A todos los que nos dignifican con su lucha.
Lo que va a pasar hoy pasó hace tanto
me desperté diciendo esta mañana,
no vi las predicciones del espanto
que le arrancaba al sueño mi palabra.
En este invierno que pega tan duro
está lejos tu boca que me ama
y se me desdibuja en el futuro,
y junio me arde rojo aquí en la espalda.
En este invierno atroz no hay escenario
más duro que esta calle de llovizna;
cada uno sigue en ella su calvario
pero la cruz de todos es la misma.
Salí con las razones de la fiebre
y una tristeza absurda como el hambre,
y cuando en el corazón la sangre hierve
es de esperar que se derrame sangre.
Me llamo con el nombre que me dieron,
el que tomó la crónica del día;
soy uno de los dos que ya partieron,
los dos en un montón que resistían.
Hermano en la delgada línea roja
que te me fuiste dos minutos antes
con la indiscreta muerte que en tu boca
entraba en cada casa con tu imagen.
Yo estaba junto a vos sobre tu grito
besándote feroz la indigna muerte
mientras te ibas volando al infinito
fulgor de la mañana indiferente...
Yo sé que el corazón que está latiendo
en cada uno es una senda pedregosa,
cuando en el suelo sucio me estoy yendo,
ajeno y solo de todas las cosas.
Si yo salí por mí y salí por todos
cómo es que ahora no hay nadie aquí a mi lado
que me retenga la luz en los ojos,
que contenga este río colorado.
El corazón del hombre es una senda
más áspera que la piedra desnuda;
mi extenso corazón es una ofrenda
que pierde sangre en esta calle cruda.
Yo tengo un nombre rojo de piquete
y un apellido muerto de veinte años,
y encima las miradas insolentes
de los perros oscuros del cadalso.
Yo no llevaba un arma entre las manos
sino en el franco pecho dolorido,
y el pecho es lo que me vieron armado
y en el corazón todos los peligros.
La mano que me mata no me llega
ni al límite más bajo de mi hombría
aunque me arrastren rojo en las veredas
con una flor abierta a sangre fría.
Hoy necesito un canto piquetero
que me devuelva la voz silenciada,
que me abra por la noche algún sendero
pa' que vuelva mi vida enamorada...
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11. |
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Una estrella fugaz cayó en el jardín
una estrella fugaz cayó en el jardín
pero su luz se apagó ay, ay, ay de mí
pero su luz se apagó ay, ay, ay, si, si
Todos pidieron deseos sinceros
Todos pidieron deseos enteros
Todos a ella aferraron ideas
Pero su luz se apagó ay, ay, ay, si, si.
Ciertas noches en que suele
Surcar el cielo una estrella
No le dan vista al asombro
Aquellos hombres que en suerte
Prefieren sombras hostiles
A una luz incandescente.
Y en el murmullo del alma
Donde se mezclan las horas
Hablan los sueños callados
Quieren andar el presente
Y en la costumbre se vuelven
Los tres deseos de siempre.
Una estrella fugaz cayó en el jardín
Pero su luz se apagó ay, ay, ay, de mí
Pero su luz se apagó ay, ay, ay, si, si.
Y en lo fugaz de la vida
Y en el calor del silencio
Baila triste la leyenda
Que el pueblo comenta riendo.
Una estrella fugaz cayó en el jardín.
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12. |
De la Tierra
02:42
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13. |
La Chola Blanca
04:55
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Una esquinita del alma
Se me duerme acongojada
Y sueña con marineras
Que se quedaron calladas.
Un poco en el corazón
Se me vive esta mañana
Porque siento que regresas
Mi chola blanca.
No tengo el don del milagro
Que de tenerlo lo usara
Para que me cuentes de nuevo
Historias de aquella casa,
Para que encuentres sonido
En la piedra y en la caña,
Para que tejas tu copia,
Mi chola blanca.
Ya ves que es al revés
Que cuando el tiempo pasa
Más puro es el amor
Así tomado a la distancia.
Me siento a descansar
Vienes a mi, vuelas y pasas,
Me siento a florecer
En el jardín de tus palabras.
Ya me atrapó este vals,
Ya se ha salvado la mañana.
Ya se acarameló, ya se endulzó
Tanta rutina.
Regresa siempre así
Y enrédame en tu serpentina
De síncopa y amor,
Quiero tu voz, amo tu voz.
Los cholos hacen silencio,
Los cholos cuidan el alma,
Cruzan tu puente y se van
Soñando con tu quebrada.
Y en la bruma del Callao
Hay un zambo que te clama
Y hay un cajón que te sabe
Mi chola blanca.
Yo no conozco el Perú
Pero sí tu voz serena,
Yo sé con Javier Heraud
Que el sueño recién empieza.
Yo me senté junto a ti
En una clara mañana
Y supe que te quería,
Mi chola blanca.
El corazón se me vive
A veces de madrugada
Cuando siento que regresas,
Mi chola blanca.
El corazón se me vive
A veces de madrugada
Cuando siento que regresas,
Chabuca Granda.
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14. |
Cruz
04:16
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Miré sin prisa aquel río donde esperabas.
Mi sombra y yo caminamos sobre las aguas.
Milagros de pan y vino te regresaban
entre las redes dormido, y una guitarra.
Los dioses del agua grande te han detenido
Donde hace cruz el paisaje, con mis suspiros.
Y ya no entiendo la tarde sin tu llegada.
Y tu silbido agitando a la gurisada.
Si en otras vidas volvieras, tal vez serías
Un soñador que con fuego marca los días.
Pero tu sueño alcanzaba para unos pocos
y en la miseria aprendimos a darnos todo.
Y quién contará la historia de este silencio
Que viene a clavarme anzuelos dentro del pecho.
Si caben en esta ausencia tan pocas vidas,
un faro en la inmensa noche de las orillas.
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15. |
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Sonido que ya navega y se desprende
en los corazones,
Donde siempre una suerte queda
con una plena ilusión de acordes.
Sonido en el equipaje para este viaje
que no termina.
Hoy la vida también es dueña
de mi canción cada vez más tuya.
Y otra vez y otra vez el mundo
nos va juntando en la encrucijada.
Contigo parten los días
y la fortuna de mi guitarra.
Y aquí me resta en el alma
cuerdas y aplausos, gente y poesía.
Sonido y rompecabezas
que en esta pieza construye un sueño.
Ven y mira que todo vuelve,
que la función va a nacer de nuevo.
Sonido en ele equipaje para este viaje
que no termina.
Hoy la vida también es dueña
de mi canción cada vez más tuya.
Y otra vez y otra vez el mundo
nos va juntando en la encrucijada.
Contigo parten los días
y la fortuna de mi guitarra.
Y aquí me resta en el alma
cuerdas y aplausos, gente y poesía.
Luz peregrina de trovadores.
Oro que brilla para los hombres.
Llama en que vivo siempre encendido
Canto de fuego, es mi destino.
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